lunes, 14 de octubre de 2013

Los primeros físicos modernos

Durante los siglos XVI y XVII se gesta una nueva física que se basa en una ciencia natural muy diferente a la aristotélica y medieval. La idea de la naturaleza cambia y con ello la forma de entender la física, desde Copérnico hasta Newton.

Nicolás Copérnico planteó en su obra que el sol era el centro del sistema y la tierra junto con los demás planetas giraban en derredor de él. Aunque esto ya había sido propuesto por Aristarco de Samos en el siglo III a. C. Juan Kepler sintetizó las ideas copernicanas y formuló sus leyes de las órbitas planetarias. Kepler asegura el matematismo de la ciencia: "Nada puede conocer perfectamente el hombre más que magnitudes o por medio de magnitudes".

Galileo Galilei descubrió los satélites de Júpiter y es en él donde se torna diáfana la idea de la naturaleza. Como Bruno fue procesado por la Inquisición aunque Galileo sí se retractó, obligado, y se salvó.

Isaac Newton que vivió entre los años 1642 y 1727 fue quien condensó la física moderna. En 1687 publicó su obra, en la cual formula la ley de la gravitación universal y presenta las leyes de la dinámica más conocidas como las leyes de Newton.

Es importante también mencionar a Descartes que descubre la geometría analítica y a Leibniz que inventó el cálculo infinitesimal. Aunque estas eminencias intelectuales son más fecundos en la filosofía.





martes, 8 de octubre de 2013

Giordano Bruno

Es el filósofo más importante del Renacimiento en Italia, nació en Nápoles en 1548 y murió en Roma en 1600. En 1565 ingresó a la Orden dominicana, después se separó al ser considerado hereje. En 1592 fue apresado y al año siguiente la Inquisición lo encarceló en el Vaticano. 

Su doctrina heterodoxa le costó ser condenado a muerte por la iglesia acusado de herético, impertinente y pertinaz. Esto se debió sobre todo por sus ideas respecto a Dios y no tanto las relativas al mundo y al universo, es decir, el clero entró en zozobra y enfureció más por su doctrina teológica que por la cosmológica. Así, el 17 de febrero de 1600 fue quemado vivo al no retractarse de las máximas que regían su pensamiento. El Tribunal del Santo Oficio se encargó de perpetrar tal injusticia.

Al parecer Giordano Bruno fue panteísta aunque él no se considera así. Para él Dios es el alma del mundo, es inmanente o inherente a la esencia del mundo. Dios es causa inmanente y armonía de todo el universo, en ese universo infinito todo es riqueza y multiplicidad. Bruno apela al sentido bello de la naturaleza, enlazándose así al sentir renacentista. 

El alma del mundo es la mónada principal. Hay una sola sustancia y las cosas particulares son formas de esta sustancia divina.