Al inicio de la era cristiana, el cristianismo emergente se ve amenazado por la filosofía y crea su propia filosofía a partir de su propia situación. No por eso se puede hablar de una filosofía cristiana, pues el cristianismo deja muchas cuestiones en el aire al subordinar a la razón.
El cristianismo trae la idea de la creación que da un sentido a la existencia del hombre y del mundo. In principo creavit Deus caelum et terram, en el principio creó Dios el cielo y la tierra, de esa frase parte la filosofía moderna.
Para la cultura griega el problema era el movimiento, ese vaivén entre el ser y el no ser, entre lo que es y lo que no es. Desde el cristianismo, lo que amenaza al ser es la nada. El problema es que las cosas podrían no ser, o sea, podrían no tener existencia. Es la existencia lo que requiere justificación, de ahí el sentido que le da la creación. No es importante el ser, sino el no ser, pues al no ser no tienen existencia y se forma un vacío, una nada.
Para un griego ser es estar ahí, para el hombre de la nueva era, ser es no ser una nada. "En cierto sentido, pues, el griego filosofa ya desde el ser, y el europeo occidental desde la nada" (Xavier Zubiri).
No hay comentarios:
Publicar un comentario