En el contexto de las tres ciencias aristotélicas, teóricas, prácticas y poéticas; es importante indicar la supremacía y hegemonía absoluta del hombre teórico, ya que este último solo requiere su mente para ejercer su función que es el pensamiento. Mientras que el arquitecto necesita un lugar sobre el cual construir, un médico un cuerpo sobre el cual actuar; el teórico solo necesita su mente, pues esta es la que ejecuta y acciona su propio desarrollo.
La actividad del hombre teórico versa sobre la contemplación, es esta misma. La contemplación es un modo de praxis, la praxis suprema, a diferencia de lo que solo llega a ser práctica y no teoría.
El hombre teórico se diferencia del práctico y del poético considerando dos aspectos: el fin y el objeto. Las ciencias poéticas tienen su fin fuera de sí mismas, las prácticas tienen su fin en sí mismas y las teóricas son autosuficientes al tener en sí mismas, además de su fin, su objeto. Porque el hombre teórico tiene como fin la contemplación que está en él mismo al igual que su objeto.
Algo importante es que antes de estas tres ciencias, está la lógica que no se relaciona a ninguna de ellas.
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