San Anselmo vivió entre los años 1033 y 1109. Después de ser prior y abad del Bec, fue nombrado arzobispo de Canterbury. Toda la vida de San Anselmo fue dedicada al estudio y a la vida religiosa. Fue el fundador de la Escolástica y, en sus investigaciones, está inmerso en la tradición patrística. Sus obras principales fueron Monologion y Proslogion.
Las obras de San Anselmo están dedicadas sobretodo a la demostración de la existencia de Dios. Antes de entender para creer, San Anselmo cree para entender. La fe es la que conduce al saber, porque busca la intelección a través de la búsqueda de Dios. Sin fe, es decir, sin amor, no se podría llegar a la vedad de Dios.
"El cristiano debe avanzar por medio de la fe hacia la inteligencia, no llegar por la inteligencia a la fe [...]" (Epístola XLI).
El argumento ontológico
En el Monologion, San Anselmo da varias pruebas de la existencia de Dios. La más importante es una que desde Kant se conoce como el argumento ontológico.
San Anselmo se vale del Salmo 13: "Dijo el insensato en su corazón, no hay Dios". Si el insensato niega a Dios entonces entiende lo que dice, es decir, sabe que hay un Dios todopoderoso; por tanto, Dios está en su entendimiento. Y si Dios existe solo en el pensamiento, se puede pensar que también existe en la realidad. Hasta ahora el argumento ontológico es un tema central para la filosofía.
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